4 Ben Hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de su ejército
contra las ciudades de Israel; conquistó Iyyón, Dan, Abel Máyim y
todos
los depósitos de las ciudades situadas en Neftalí.
5 Cuando Basá lo supo, suspendió las fortificaciones de Ramá e hizo
parar su obra.
6 Entonces el rey Asá tomó a todo Judá y se llevaron de Ramá las
piedras y maderas que Basá había empleado para la construcción; y con ella
fortificó Gueba y Mispá.
7 En aquel tiempo el vidente Jananí fue donde Asá, rey de Judá, y le
dijo: «Por haberte apoyado en el rey de Aram, y no haberte apoyado
en
Yahveh tu Dios, por eso se ha escapado de tu mano el ejército del rey de
Aram.
8 ¿No eran un ejército numeroso los etíopes y los libios, con carros y
una muchedumbre de hombres de carro? Y, sin embargo, por haber puesto
tu confianza en Yahveh, él los entregó en tu mano.
9 Porque los ojos de Yahveh recorren toda la tierra, para fortalecer a
los que tienen corazón entero para con él. Has procedido neciamente
en
esto, y por eso de aquí en adelante tendrás guerras.»
10 Irritóse entonces Asá contra el vidente y lo metió en la cárcel, pues
estaba enojado con él por este asunto. En esa época también maltrató Asá a
varios del pueblo.
11 Estos son los hechos de Asá, los primeros y los postreros; están
escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
12 El año 39 de su reinado enfermó Asá de los pies, pero tampoco en
su enfermedad buscó a Yahveh, sino a los médicos.